Rudolf Nureyev fue uno de los bailarines más famosos y revolucionarios del siglo XX. Nacido en Kazan, Rusia en 1938, Nureyev comenzó su carrera en el Teatro Kirov en Leningrado (actualmente San Petersburgo) en Rusia. Pronto se destacó por su técnica impecable y su gran presencia escénica.
En 1961, Nureyev defectó a Occidente durante una gira del Teatro Kirov en París, Francia. Después de su defunción, se unió al Royal Ballet en Londres, donde se convirtió en el primer bailarín extranjero en unirse a la compañía. Durante su tiempo en el Royal Ballet, Nureyev interpretó una amplia variedad de papeles icónicos, incluyendo el protagonista en «Swan Lake» y «The Sleeping Beauty». También colaboró con coreógrafos y compañías de ballet de todo el mundo, incluyendo el American Ballet Theatre y la compañía de ballet de Paris Opera.
En 1963, Nureyev comenzó a trabajar con la bailarina británica Margot Fonteyn, con quien tuvo una de las más icónicas y exitosas colaboraciones en la historia del ballet. Juntos, presentaron varias producciones de gran éxito, incluyendo «Romeo y Julieta» y «Giselle».
A lo largo de su carrera, Nureyev también se desempeñó como coreógrafo y director artístico. En 1983, fundó su propia compañía de ballet, el Rudolf Nureyev Dance Company, con la que viajó por todo el mundo presentando una variedad de espectáculos.
Nureyev también ha sido un defensor de la danza contemporánea y ha trabajado con varios coreógrafos, incluyendo Martha Graham y Kenneth MacMillan. También ha actuado en varias películas, incluyendo «Valentino» (1977) y «The Turning Point» (1977).
Nureyev falleció en 1993, pero su legado como bailarín, coreógrafo y director artístico continúa siendo admirado y celebrado en todo el mundo. Ha sido honrado con numerosos premios y reconocimientos, incluyendo el Kennedy Center Honors en 1983 y el Premio Nijinsky en 1991. Su influencia en el mundo del ballet ha sido significativa y su técnica, personalidad y presencia escénica siguen siendo una inspiración para bailarines y amantes del ballet.