Kevin McKenzie es un bailarín y director de ballet estadounidense. Nació en 1954 en New York y comenzó su carrera en el American Ballet Theatre (ABT) en 1972. Durante su tiempo en ABT, se desempeñó como bailarín principal y participó en muchas producciones clásicas y contemporáneas, incluyendo «Swan Lake», «Giselle» y «The Nutcracker».
En 1980, McKenzie se convirtió en director asociado de ABT, y en 1992, asumió el cargo de director artístico. Durante su mandato, llevó a la compañía en una nueva dirección, agregando obras contemporáneas a su repertorio y colaborando con coreógrafos famosos como Twyla Tharp y Mark Morris. Además, también dirigió numerosas producciones en todo el mundo, incluyendo la Royal Ballet de Londres y el Ballet Nacional de Francia.
En 1997, McKenzie dejó ABT y se convirtió en director artístico de la compañía de ballet Les Grands Ballets Canadiens de Montréal. Durante su tiempo allí, renovó el repertorio de la compañía y llevó a cabo muchas producciones exitosas, incluyendo «The Nutcracker» y «Romeo y Julieta».
Además de su trabajo en las compañías de ballet, McKenzie también es un mentor para jóvenes bailarines y ha sido reconocido por su contribución a la danza. En 2006, recibió el premio Dance Magazine Award y en 2009, fue nombrado Oficial de la Orden del Imperio Británico.
Hoy en día, Kevin McKenzie sigue siendo una figura importante en el mundo de la danza, y su legado en el ballet es innegable. Su pasión por la danza y su dedicación a su arte lo han llevado a tener una carrera exitosa y a ser reconocido como uno de los bailarines y directores más influyentes de su generación.